El autobús del Abecedario




Hoy voy a subir a un autobús pero no a uno cualquiera, no en uno de esos que puedes ver cada día recorriendo tu ciudad. Este es un autobús que solo sale de vez en cuando y solo cuando el día es como hoy, radiante. Esto yo no lo sabía, me lo ha chivado mi hijo. Él y yo hemos esperado poco antes de verlo aparecer. Al acercarse y a simple vista veo lo diferente que es de todos los demás autobuses que he visto en mi vida, me resulta divertido y a su llegada sigo sonriendo. ¿Este es el autobús que esperamos hijo? Sí, ¿a que es bonito? Y añade, déjame entrar primero, ¿vale?, de acuerdo, le contesto mientras le acaricio su hermoso pelo dorado. El autobús se detiene justo delante de nosotros. No parece que haya ninguna puerta aunque el peque se adelanta decididamente. De repente el exterior se deforma de tal modo que deja a la vista una enorme abertura y unas pequeñas escaleras. Ya tenemos entrada, anuncia mi hijo levantando los brazos alegremente. Me quedo unos segundos sorprendido mientras el peque ya esta arriba, plantado al lado de un conductor que me mira sonriendo. Papá, es como la película de Totoro, me dice excitado, ¡vamos sube ya! me reclama nervioso. Subo con una sensación de irrealidad real. El conductor, un sonriente hombre con un traje azul muy llamativo, me dice, bienvenido señor, pase y acomodase que arrancamos ya mismo, siga al pequeño que él sabe mucho de este autobús. El pequeño como él le llama ya ha salido corriendo hacía el interior del autobús y se ha sentado en una silla que está colgada del techo. Se balancea contento. Yo me asiento en un cómodo sofá que está a su lado. Es muy suave al tacto y apetece estirarse. Oye peque, como es que conoces tan bien este autobús, papá es el autobús del Abecedario, lo conozco desde antes de nacer y siempre que puedo viajo en él, es muy divertido y he pensado que hoy podías viajar conmigo, me dice sin dejar de balancearse, pues gracias, me alegra que me hayas invitado a este autobús tan especial. Mientras nos mece el ligero movimiento del autobús el pequeñajo me explica cosas maravillosas sobre el autobús del Abecedario y sobre su entrañable conductor, el Sr. Julius. Me cuenta que hace miles de años que existe y que recorre el mundo de los niños, de todos los niños del mundo. También me cuenta que el autobús del Abecedario se llama así porque son las letras mismas que lo forman y son ellas las que también alimentan su motor. Poco después el autobús llega a su destino y la parte delantera se deforma de nuevo para facilitarnos la salida. Mi hijo le da un beso en la mejilla al Sr. Julius antes de bajar. Yo le doy la mano y él me comenta amablemente que disfrute del día y que debo saber que soy uno de los pocos adultos que ha subido en ese autobús de niños, le pregunto si no existe uno para papás y mamás y el Sr. Julius, sin perder la sonrisa, me contesta que sí pero que hace mucho que nadie lo llama, y añade, sigue en la cochera de los Sueños mientras el Sr. Smith, su conductor, sigue petrificándose en la Sala de Reposo. Le respondo que prometo llamarlo pronto y descubrir a dónde me lleva ese autobús de papás y mamás. Hazlo, no te arrepentirás, me responde. Vamos papá, grita el peque desde abajo, el día es radiante y nos espera. Me bajo y compruebo como el autobús del Abecedario se aleja lentamente hacia su próxima parada mientras un brillante Sol me anuncia un día feliz junto a mi hijo.












6 comentarios:

  1. Vaya¡es precioso lo que has escrito.
    Yo también quiero subir a ese autobús, pero al de los papás no, al de los niños
    Ideal¡
    Bss,David.

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    1. Mar, tú al de papás y mamás :))

      Llámalo y conoce al Sr. Smith y luego me cuentas, ¿vale?

      Gracias por pasarte...

      Besos sin bono bus

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  2. Me ha encantado: la ilusión, la imaginación, y la inocencia para poder disfrutarlo.

    Un saludo :)

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    1. Un poco de todo con una pizca de nada...

      Saludos Misterio Tuyo

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  3. Contagiarnos de la ilusión e inocencia de los niños nos hace regresar a lo que fuimos, nos hace vivir intensamente momentos mágicos, es una suerte que subieras a ese autobús.
    Un abrazo.

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    1. Hay Magia que simplemente es mágica...

      Gracias San por pasarte y por tu comentario

      Besos desde la terraza de una sonrisa



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