Certeza natural



Sacada de su medio natural se sentía torpe. Nunca hubiese pensado que haría tantas cosas que un día antes se había prometido no hacer. Esta circunstancia le había pasado miles de veces y confiaba que la próxima vez que ocurriera por fin conseguiría poner de acuerdo a su pensamiento y a sus acciones. Le costaba ir a contracorriente y más si esta corriente era ella misma. Sentía que había pisoteado demasiados principios, demasiadas normas que la mantenían a flote a pesar de sentirse siempre a la deriva. No es que no estuviese bien consigo misma, era más bien una cuestión de evolución propia mal definida. Pensaba que de más joven seguiría una senda más o menos definida en su interior pero el tiempo le había demostrado que las cosas no siempre eran cómo una las piensa. Algunos de los principios más fundamentales habían sido modificado de tal manera que le costaba recordar cuales habían sido en realidad. El tiempo y más concretamente su corazón le habían enseñado que nada es cómo parece ser, que a veces las cuestiones y los sentimientos cambian, no tanto por su voluntad, sino más bien por una cuestión que se asemeja a la supervivencia. Todas estas cosas la lleva a pensar en sus relaciones pasadas, en Lucas sobretodo, un simpático joven que le hizo pasar los dos años y medio más felices de su vida. Al final él también desapareció de su vida y aunque ella lo ha seguido recordando con amor, siempre ha sabido que separarse fue la mejor solución para lo que les estaba sucediendo. Habían pasado los años y alguna que otra relación aunque ella no conseguía olvidar aquellos buenos momentos, el descubrimiento del amor, el placer de mujer, sus caricias y mimos y sobretodo su voz, no podía olvidar esa voz que la reconfortaba y que le transmitía una paz que se aposentaba en su misma alma. Todas las circunstancias que le acompañaron después de esta bonita relación le llevaron a pensar en una máxima que se repetía en su vida, sacada de su medio natural se sentía torpe. Se preguntaba a menudo cual era su medio natural, simplemente se respondía, la vida. Era una mujer práctica y sobradamente inteligente para ocuparse de los asuntos cotidianos de su vida y trabajo aunque si el tema a tratar era su corazón, las cosas cambiaban, adquiría un tinte diferente y todo se volvía confuso y extremadamente sensible.

Se sentía torpe, no podía resolver esta certeza...

… cuando no era su medio natural.



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