Azul Intenso (video)

Ahora es el momento



El agua caliente dicen que siempre ayuda y por eso me decido a darme un buen baño. Mientras el agua cae sobre mi cabeza siento cómo recorre todo mi cuerpo una agradable sensación, una sensación que me dice que estoy bien conmigo mismo, una sensación que no había tenido desde hacía mucho tiempo. Es verdad que hace mucho que no tengo buenas sensaciones en nada de lo que hago. Principalmente no me gusta cómo soy, no me gusta dónde vivo, no me gusta mi miserable trabajo y no me gusta esta triste ciudad que parece que me tiene atrapado en sus calles. El baño me ha sentado bien y me ha relajado aunque sé que no estaré totalmente tranquilo hasta que no me tome las pastillas que he traído. Salgo del baño y me dirijo a la nevera. Me decido por mi cerveza preferida de la docena de marcas que llenan la nevera. Sólo tengo cerveza porque ahora sólo me apetece beber cerveza. Hasta llegar aquí he descartado muchas cosas pero la cerveza ha sido imposible. En el transcurso de mis mal llevados años sólo he sido fiel a una sola cosa, la cerveza, por eso ahora la nevera de esta habitación de alquiler esta llena de marcas de cerveza que han representado algo importante en mi vida. Cada marca pertenece a un tiempo y el tiempo que representa es un motivo de alegría en mi vida. Por eso sólo hay doce. Doce alegría en una vida. Pésimo bagaje visto de esta manera. Le doy el primer trago a la cerveza y la encuentro perfecta, esta muy fría, cómo a mí me gusta y es una sorpresa porque juzgando cómo esta la deteriorada nevera nadie diría que enfría tan bien. Por lo menos yo no me lo esperaba aunque me alegro que haya sido así y sobretodo que me haya pasado en este día tan especial para mí. Dos tragos más y me tumbo en el sofá. Me acomodo y miro las pastillas. Dos tragos más y me enciendo un cigarro. Me acuerdo de algo y lo busco en los bolsillos de mi chaqueta. Aquí esta. Me vuelvo al sofá y observo mis manos que sostienen lo que acabo de recoger. Me tomo tres pastillas y le doy un largo trago a la cerveza. Me la acabo y voy a buscarme otra. Esta vez elijo una de importación, es una cerveza que hace años descubrí en unos viajes que hice junto a un amigo escandinavo. Vuelvo al sofá y abro la cerveza. Dos tragos más y dos pastillas más. Recojo lo que he sacado del bolsillo de la chaqueta y le saco su envoltorio transparente. Ahora la tengo entre mis manos. Es preciosa, es una de las cosas que soñé que un día tendría y hoy ese día ha llegado. Ahora es el momento. Lo despliego y admiro sus detalles, son numerosos y se nota que están trabajados de una modo minucioso. Por esto mismo la he comprado porque era la más bonita que he encontrado en la tienda esta mañana. Dos tragos más y otra pastilla. Creo que ya no me tomaré ninguna más porque me están empezando afectar y en lugar de convertirse en una ayuda van acabar siendo un inconveniente. Me siento en el sofá, me arremango la manga del albornoz y extiendo mi brazo izquierdo sobre la mesilla del salón. Lo miro extrañado, me parece ajeno, me parece que no sea mío pero igualmente cierro el puño y veo cómo las arterias se marcan sobre la piel del antebrazo. Esta claro que debo hacer. Sin pensármelo, me clavo la cuchilla de barbero en medio de la muñeca y con mucho dolor y con la sangre saliendo de la herida a borbotones empiezo a subirla mientras me voy rajando. Me he cortado hasta el codo y me extraña que aún esté consciente y también es extraño que no sienta nada, es cómo si estuviese en un lugar muy lejano y me hallase en medio de una plena calma. Estiro mi brazo y cojo la cerveza. Le doy un largo trago hasta acabármela. Mi última cerveza, ha estado bien. Me estiró de nuevo en el sofá y espero a que llegue lo inevitable. Me doy cuenta que ya no siento el brazo que me he rajado hace sólo un momento. La cabeza me empieza a dar vueltas y lo veo todo borroso. Cada vez más siento que me encuentro lejos, cada vez me siento más y más lejos, estoy lejos, muy lejos, estoy muy le...



Colores



El único sonido que se percibe en la habitación es el ínfimo ruido que hace el papel de lino al quemarse en cada una de las caladas que se dan. No se escucha exhalar ni inspirar en ningún momento, tan sólo ese ruido apenas audible del crepitar del papel. Es el único sonido y lo único que podemos detectar. Nos extraña saber que ante nosotros no hay rastro de la luz del cigarro que debería arder tan pronto esa boca aparentemente adicta diese su calada y la luz de la combustión nos indicase su posición en esta habitación dónde la orientación es nula. Avanzamos a oscuras y de vez en cuando escuchamos crujir el papel ante el efecto del fuego y la aspiración de ese desconocido que no quiere ser detectado aún. Nos sentimos perdidos ante la evidencia que nuestros sentidos son muy limitados en estas circunstancias y que sólo los pasos pequeños y precisos que damos en esta total oscuridad son nuestra única realidad. Gritamos a viva voz si hay alguien sin ninguna esperanza a recibir una respuesta que efectivamente no llega. Sabemos del crepitar del cigarro y deducimos que alguien debe estar fumando en algún lugar de esta sala que por cierto desconocemos sus dimensiones. En realidad lo desconocemos todo de aquí, no sabemos cómo hemos llegado, dónde estamos, si realmente estamos en una habitación, el porque esta alguien fumando sin atisbo de importarle nuestra suerte y estos sólo son unos pocos ejemplos de lo que realmente no sabemos. Hemos empezado diciendo que el único sonido que se percibe en la habitación totalmente oscura es el ínfimo ruido que hace el papel de lino al quemarse en cada una de las caladas que se dan y esto justamente es lo que sigue pasando en estos momentos. Nos sabemos, no vemos, no olemos, no tocamos y apenas escuchamos lo que escuchamos, todo esto nos recuerda cuando estuvimos un tiempo en aquella sala de privación sensorial. Era una sensación extraña aunque al final resulto ser una experiencia enriquecedora y divertida aunque somos conscientes que no todos pensarán igual que nosotros sobre esta cuestión aunque esto expuesto en este relato no es importante. La sala o lo que sea que nos envuelve, esta totalmente oscura y el sonido del cigarro sigue prolongándose en el tiempo a intervalos regulares por lo poco que oímos. Estamos convencidos que quién en estos momentos esta fumando en esta total oscuridad, le gusta mucho fumar porque la verdad es que no ha parado de hacerlo desde que nosotros hemos aparecido. En otras realidades podría considerarse una auténtica patología clínica pero en esta realidad tan sólo es un sonido, un ruido apenas audible que nos dice mucho porque aquí aparentemente hay muy poco. Nuestros sentidos son esclavos de esta oscuridad reinante pero no la sentimos cómo una oscuridad fría ni aterradora sino más bien como un lugar apacible dónde todo lo que existe se reúne en torno al negro. El cigarro vuelve a crepitar y esta vez el sonido que emite es mucho más largo que de costumbre y nos quedamos escuchando cómo arde el papel por la intensa calada. Esperamos, no sabemos a qué pero esperamos. Sabemos que el papel sigue quemándose porque el ruido aún persiste a pesar de haber pasado ya un buen rato desde que empezó esta poderosa calada. De repente, y justo cuando cesa de escucharse el sonido del papel ardiendo lentamente, una voz grave nos habla en estos términos, queridos viajeros del pensamiento es un placer teneros aquí conmigo pero cómo habéis observado ya, no tengo nada que enseñaros ni ofreceros, a lo mucho mi cigarro que por mucho que se fuma de él nunca se acaba, por cierto ¿os apetece fumar? Todos respondemos que no queremos fumar aunque se lo agradecemos y entonces es cuando le preguntamos el porque no nos puede enseñar ni ofrecer nada y la voz grave nos contesta, no os puedo enseñar ni ofrecer nada porque desde que habéis llegado sólo os he estado escuchando pensamientos cómo, esto es una total oscuridad, no hay ni rastro de luz, aquí todos nos sentimos perdidos, una sala de privacidad sensorial, no sabemos, no vemos y no olemos nada y otros por el estilo y la verdad es que así no se puede enseñar ni ofrecer nada a nadie, aún así porque no nos puedes enseñar, le preguntamos todos al unísono, por una razón bien sencilla, sois vosotros los que creéis estar rodeados de ausencia y que afirmáis libremente que no veis y que estáis privados de vuestros sentidos... Pero si esta todo oscuro, no se ve nada, que quieres que afirmemos si es lo que es, le interrumpe uno de nosotros, esto mismo es vuestro mayor dificultad, no veis y afirmáis categóricamente que no veis porque todo lo que os rodea es oscuro pero no os habéis preguntado que es este color negro que todo lo envuelve, ¿a que no? Todos volvemos a responder al unísono que no lo sabemos y la voz grave prosigue diciendo, pues ahí esta el quid de la cuestión, el negro no es ausencia de color, en verdad es la suma de todos los colores y así se manifiesta en esta realidad, es de color negro porque esta realidad es la suma de muchas realidades, de alegres y de no tan alegres, de soleadas y de no tan soleadas y esta suma de tantas realidades hace que el resultado final sea una realidad de color negro, ¿lo habéis entendido? Esta vez todos permanecimos en silencio porque no habíamos entendido nada, os lo explicaré mejor, para conseguir el color negro se superponen todos los colores pues para conseguir esta realidad se superponen muchas otras realidades, ¿lo entendéis ahora? Pero entonces porque nosotros lo vemos todo negro y no escuchamos, tocamos u olemos nada, le pregunta el más inquieto del grupo aunque todos pensamos los mismo que él, pues es muy fácil, mirad, la razón de todo no radica en la superposición de realidades sino en cómo la percibe cada uno de nosotros. Hay gente que puede percibir un número limitado de realidades mientras que otros no se les conoce límite en superponer realidades, cuando uno es capaz de asumir más y más realidades es cómo el color, su realidad cada vez se vuelve más negra, ¿pero eso es una contradicción?, una paradoja amigo, es una hermosa paradoja dónde el color y la realidad forman un todo difícil de explicar aunque evidente a ciertos ojos, ¿y porque nosotros lo vemos todo negro? Vosotros formáis parte de ese reducido grupo de personas que a pesar de estar rodeados de muchas realidades de muchos colores lo sienten todo ausente porque ellos, al igual que vosotros, no pueden sentir ni percibir todo lo que les rodea. ¿Y que podemos hacer para poder ver esas realidades que nos envuelven y forman parte de nosotros mismos? La manera más fácil que conozco es viviendo la vida.

Nos alejamos del crepitar del cigarro en combustión y de la voz grave que tanto nos ha descubierto. Después de hablar entre nosotros no sabemos si creernos las palabras de la voz grave aunque reconocemos que nos ha dejado una sensación extraña que nos recorre, es cómo si lo explicado no fuese un tema desconocido para nosotros y es cómo si en lugar de aprender hubiésemos recordado. Reconocemos que es una sensación extraña pero a la vez placentera y nos vamos de allí con la sensación de habernos enriquecido de alguna manera y con la certeza final y absoluta que el color negro no es ausencia sino la suma de todos los colores.


 
La vida es un lienzo que se enriquece de todos los colores”.



Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo en que los Dioses eran hombres sin poderes ni cualidades excepcionales. Vagaban libres por la Tierra en busca de las historias de otros hombres, en busca de su tradición oral, la misma que se transmitía de generación en generación y que reunía un conocimiento que nacía en los albores del tiempo. Eran hombres que vivían con poco y que necesitaban menos para vivir y así pasaban los días mientras avanzaban en busca de una nueva tribu que encontrar e intentar que ellos le explicasen su conocimiento guardado en sus historias. Eran hombres que no pertenecían a ninguna tribu pero en todas ellas siempre había alguien que había oído hablar de alguno de ellos. Estos hombres aparecían cuando menos lo esperaban en la tribu. Esto a veces pasaba en medio de una tormenta, otras en un día soleado, nunca se sabía cuando llegarían o cuando partirán, imposible predecir en esta clase de hombres. Lo que seguro nadie sabía era que estos solitarios hombres se reunían cada cierto tiempo en un lugar secreto e inhóspito. Allí se explicaban historias y así se intercambiaban la valiosa información. Ellos memorizaban las historias a través de una técnica milenaria, la repetición mental. Cada vez que aprendían una historia la repetían una y otra vez hasta asegurarse que la sabían tal y cómo se la habían contado. En muchas tribus se creía que ellos no eran del todo humanos, que no eran cómo ellos porque se creía que nadie era capaz de vivir solo y errante en una tierra llena de peligros. En algunas de las tribus creían que eran los auténticos mensajeros de los espíritus y que debían tratarles con suma diligencia porque así conseguirían el favor de los mismos espíritus. Pasaron los decenios y pasaron los siglos y hay que decir que siempre hubo hombres así aunque cada vez quedaban menos. Debido a la expansión de la población humana cada vez era más frecuente encontrarse grupos de personas que no habían oído de la existencia de estos hombres. Siguieron pasando las estaciones y las eternas migraciones animales y el número de estos hombres se redujo drásticamente. Nadie sabía de dónde salían, ni que hacían de todas las historias que recojían y sobretodo, y eso extrañaba a muchos, dónde morían. Su existencia era un misterio y poco a poco quedaban menos hombres y fue entonces cuando apareció un hecho inédito, empezaron a crearse historias respecto a aquellos hombres que ya nadie recordaba. Los pueblos que ya no eran tribus, no recibían sus inesperadas visitas pero extrañamente se seguían explicando historias sobre ellos cómo protagonistas. Cada vez más estos hombres fueron adquiriendo cualidades excepcionales que en verdad nunca poseyeron, en estas historias se contaban que algunos de ellos eran capaces de córrer a la velocidad de la gacela, que algunos de ellos podían volar cómo las aves, que había otros que curaban todas las dolencias y enfermedades y hasta había historias de algunos pocos que fueron capaces de eludir a la muerte. Estas historias medio oídas medio inventadas fueron avanzando en el tiempo y el resultado de todo este proceso fue la total transformación de estos humildes hombres que poco a poco pero inexorablemente se convirtieron en algo más que hombres. Cabe recordar que estos hombres siempre se mantuvieron alejados de todo y de todos con el único objetivo en sus vidas de ir acumulando las historias de los otros hombres en esta vasta tierra. Por último decir que no hay una explicación para esta prolongada transformación total de los hechos pero lo más remarcable de todo esto es que los mismos que en un inicio compartieron su tradición oral con estos solitarios hombres después de miles de años fueron los mismos que los transformaron a través de sus historias en Dioses.



Los Dioses sólo son hombres libres en un lejano ayer.


Una Mariposa aparece y veinticuatro relatos más

Una Mariposa aparece y 24 relatos más

Complemento Perfecto



Regala tu mejor sonrisa en tu peor día.
Entrega tu manera de ser más cordial cuando te hablen de lo negativo.
Dona un abrazo a quién menos se lo espere.
Lanza un beso al aire y ten por seguro que alguien que lo necesita lo recibirá.
Da lo que te gustaría que te diesen en cada momento.
Sirve tu latido generosamente a quién aún no sabe lo que es latir.
Alienta las esperanzas de los oprimidos cómo antes lo hicieron otros.
Calienta el alma de quién vive sumido en el frío existencial.
Susurra hermosos versos a la luz de la luna cada vez que puedas.
No hagas lo que quieras y quiere lo que hagas.
Suspira cada vez que los nervios azoten tus momentos.
Acelera el paso cuando las situaciones no se solucionan.
Cuida a tus amigos pues ellos te cuidan sin que tú te des cuenta.
Arregla los problemas con la clara certeza de hacerlo.
Descarga tus penas en manos del que te entiende.
Abre tu sentimiento a quién tenga a su sentimiento por camino.
Devora tus sueños para ser libre pues soñar es un acto de inteligencia.
Escribe a los que te quieren porque ellos seguro te quieren ver escribir.

Siente...
...cómo todo a tu alrededor cambia mientras tú cambias...
Escucha...
todo lo que suena cerca de ti...
Vive...
pues vivir es el complemento perfecto del Amor.


Razón y Locura



No deberías salir así.
¿Porque?
Porque estás para asaltarte.
Ja, ja, ja... sabes que cuando quieres estás muy loca.
Sabes que tú me vuelves loca.
Ja, ja, ja... anda que no, yo apunto de salir y tú hablando de locura.
¿Acaso no es una locura lo que nos pasa a los dos?
Pues si, es una auténtica algarabía sináptica de dulces consecuencias si me permites decir.
¿Y Sabes otra cosa?
Dime.
Me gustas mucho más cuando utilizas ese tipo de expresiones.
¿Que tipo de expresiones?
Pues cualquiera de las muchas que te caracterizan cómo por ejemplo la que acabas de decir ahora, una auténtica algarabía sináptica de dulces consecuencias. Siempre dices las cosas de un modo diferente, utilizas la metáfora continuamente y eso me enamora de ti.
¿Así que te gusta?
Me vuelve loca.
Ja, ja, ja... anda loca, ven, bésame.
Con mucho gusto.
¿Sin locura?
Cariño, besarte sin enloquecer es un acto inevitable y delicioso.
¿Estarás despierta cuando llegue?
Estaré contigo toda la noche, no sufras.
Hasta ahora loca.
Hasta ahora mi razón.


¿Que tal ha ido?
Una locura.
Has puesto algo de razón, ¿no?
Ja, ja, ja... sabes que cuando quieres estás muy loca.
Sabes que siempre me vuelves loca.


Finalmente se duermen abrazados sintiéndose felices por compartir su razón y su locura.



Suena el cajón



Suena el cajón...

y a la luz de una hoguera callejera suenan palmas, muchas palmas, tantas que parece que la alegría haya cobrado vida. Cerca del fuego un grupo de personas jalea a una niña que baila con el sentimiento y el arte de su pueblo. El ritmo de las palmas se acelera por momentos y la niña zapatea con fuerza el suelo moviendo a la vez sus delgados brazos al son de esta música que la hipnotiza y que la hace bailar cómo la más grande entre las grandes. Esta niña tiene arte y también duende que dirían la mayoría de los presentes.

Suena el cajón...

y el sonido envolvente de la percusión y acompañado de las palmas que se aprenden hace que los presentes se diviertan cómo siempre. La hoguera les da la excusa perfecta para salir a la noche, saben que no les dará calor pero por lo menos alumbrará y para ellos esto ya esta bien. El grupo de personas se hace más grande por momentos, aparecen más sillas, más palmas y más niñas. Todos los nuevos han llegado siguiendo la luz de la hoguera y en busca del abrigo de los que nada tienen y padecen cómo ellos y aún así sonríen, siempre sonríen al son de unas palmas que nunca han dejado de sonar.

Suena el cajón...

y la niña sigue bailando infatigable cómo si esta nocturna danza fuese para ella lo más importante en su corta vida, baila para sus adentros y por eso baila tan bien y las palmas acompañan y el cajón envuelve. Entonces aparece la voz, el canto de una de las mujeres mayores irrumpe con la fuerza de quién se sabe conocedora de noches cómo esta, de noches dónde las palmas llegaron a resonar en el cielo y de noches dónde niñas anónimas empezaban a forjar su leyenda en el frío suelo de una calle. Sólo cabe decir en estos momentos que todos los que quieren estar, están y los que no han llegado aún, es seguro que no llegarán y todos saben esto aunque a nadie le importa mucho.

Suena el cajón...

y ya casi es de día y sólo unos pocos permanecen junto a la pequeña hoguera que quema más por costumbre que por voluntad. Ahora ya no canta ninguna mujer y ninguna niña baila con sentimiento y arte cerca del fuego. Ahora muchos duermen y descansan mientras que hay unos pocos que siguen aquí reunidos. Siguen alentando la tradición y el buen hacer y siguen fieles a esta maratón que no acaba hasta que el cajón deja de sonar aunque por aquí y por lo que parece...




Latido salvaje


El Sol se esconde en la lejanía aunque aún falta mucho para que anochezca en estas llanas tierras dónde nada impide ver el horizonte. Ha sido un día arduo debido al intenso calor que ha hecho hoy y por la cantidad de trabajo que he tenido que realizar. Esta tierra es extremadamente árida en la temporada seca y extremadamente frondosa en la temporada de las lluvias. Es un tierra de contrastes dónde la diferencia entre vivir y morir depende de ínfimos detalles. Es hogar de un sinfín de especies tanto del reino animal cómo del reino vegetal y junto a un rico suelo, que siempre esconde vida por doquier, hace de esta mal nombrada sabana que sea un lugar bastante bueno para vivir. Yo he nacido aquí y aquí espero morir. Así lo han hecho mis antepasados y así me gustaría que lo hiciesen los que vendrán después de mí. Estoy orgulloso de pertenecer a esta tierra, la misma que a veces nos inunda con tanta abundancia y la misma que nos permite sacar lo mejor de cada uno de nosotros para sobrevivir en las épocas de escasez. Soy consciente que sólo soy una pieza más en este inmenso engranaje que es esta tierra y siento cómo una verdad absoluta que si vivo de acuerdo a mi función predeterminada en este engranaje, al final, acabaré entendiendo su funcionamiento y acabaré sintiendo el latido que pulsa en esta infinita tierra dónde hasta al mismo Sol le cuesta esconderse. Confieso que esta tierra me gusta disfrutarla más de noche que de día, por las noches puedes deleitarte mirando el cielo y admirar tantas estrellas que no serías capaz de contarlas ni aunque pudieses vivir una eternidad. El cielo es una hermosa estampa y las estrellas son tan luminosas y parece que están tan cerca que da la sensación que de un momento a otro se van a desplomar sobre ti. Aparte del espectáculo que es el cielo lleno de estrellas, la noche te regala un amplio abanico de sonidos de todo tipo producidos por una enorme cantidad de animales. Puede parecer que la noche en esta tierra tenga que ser silenciosa pero la verdad es que no es así, la noche es mucho más sonora que el día porque la noche es el único mundo que conocen la mayoría de animales y es por esto justamente que me gustan tanto las noches en la tierra dónde nací.

En estos momentos el Sol se ha escondido por el horizonte, las estrellas ya lucen en el inmenso cielo y los sonidos animales empiezan a deslizarse suavemente.

En estos momentos siento que la grandeza de lo que me envuelve hace que me sienta más y más pequeño...
y
en esta noche llena de estrellas siento que la única sinfonía que suena por encima de todo, es mi latido salvaje.



Bésame el corazón



Mirame a los ojos y dime que ves.
No importa lo que yo vea, lo importante para mí es lo que siento cuando admiro tus ojos.
Mirame a los ojos.
Sabes mejor que nadie que en ellos navego desde el mismo día que tú los posaste sobre mí y que no he dejado de volar en este cielo que es tu iris. Tú y tu mirada han hecho de mí un ser entregado y me han transformado en una sensible esencia que en el universo de tu mirada se descubre. Nada cómo tus ojos para hacer crecer en mí la clara certeza que he tenido suerte en esta vida y que eres tú quién posee la llave de un corazón que late intensamente cada vez que me miras.
Mirame a los ojos.
Te miro amor, te miro siempre y siento cómo me diluyo en la esencia de tu mirada, te miro amor y siento cómo mi ser se funde en el fuego de tu iris, te miro amor y creo en la inmortalidad de nuestras almas, te miro amor y descubro que junto a ti mi pasado se ha plegado en mi futuro regalándome este hermoso presente que eres tú.
Mirame a los ojos.
Y tú, bésame el corazón.
Te quiero verde esperanza.
Te amo dulce mirada.



Colina´s Ville



Colina´s Ville es un lugar pintoresco.

Lo primero que llama la atención es su ubicación, esta situada en lo alto de una colina. Se llama así porque el bueno de Genaro lo ha decidido así después de ver una película del Oeste de Jonhy Gun. Hay que decir que desde antes del nacimiento de Genaro el conjunto de casas que reposan en lo alto de la colina se ha llamado Casas Diablo. Siempre han sido un puñado de casas y los pocos habitantes que las han habitado en todos estos años han sido personas muy particulares. Se cuenta en la Comarca que Casas Diablo era el lugar preferido del Diablo para descansar junto a su tropa después de alguna de sus tropelías por aquellas tierras. Nadie que hubiese nacido en la Comarca quería vivir cerca, nadie se acercaba a sus lindes y así siguió siendo hasta que un día, un forastero ataviado con una extraña vestimenta, se asentó en lo alto de la colina. Explicó a todo el que quiso oírle que venía de tierras lejanas en busca de un lugar especial y que tan pronto vio la colina, supo que había llegado a su destino. Con el paso del tiempo fueron llegando y marchándose extraños personajes y poco a poco fueron levantándose las casas. De estos hechos ya han pasado centenares de estaciones hasta que el bueno de Genaro ha visto una película del Oeste y ha cambiado el nombre del conjunto de casas por Colina´s Ville. Los demás habitantes no objetan nada sobre el cambio de nombre porque saben, igual que lo sabe el bueno de Genaro, que nadie que no sea un ser particular esta interesado en un lugar cómo la ahora antigua, Casas Diablo. Hay que aclarar que en Colina´s Ville se vive bien pero que ésta no es una afirmación que se ajusta del todo a la verdad aunque asegurar que se vive mal es, sin embargo, una auténtica falsedad. Este conjunto de casas aparte de ser un lugar pintoresco, es un lugar enigmático y lo es básicamente porque sus habitantes son individuos con una particular historia. A todos ellos les une el mismo sentimiento intenso que anida en el fondo de sus corazones y que los hace particularmente particulares. Diríamos que son únicos en su especie si esto no fuese una absoluta obviedad aunque insisto, lo diríamos. Colina´s Ville, la antigua Casas Diablo, es un lugar dónde los días se cuentan por pasos y las noches por destellos de luciérnagas, es un lugar dónde lo que se conoce suena en acordes y lo que se ignora es un suave aroma dulzón y es un lugar dónde el bueno de Genaro hace cosas cómo cambiar de nombre el conjunto de casas después de tanto tiempo y quedarse tan tranquilo.

A todo esto, quiero confesar que me gustaría poder relatar que hubo una gran inundación y que los habitantes de Colina´s Ville fueron los únicos capaces de revertir los devastadores efectos y que cada uno de ellos, debido a su particular forma de actuar, había devuelto las bravas aguas a su cauce natural y que habían salvado a la Comarca de su segura destrucción pero no, no puedo hacerlo porque en Colina´s Ville nunca ha llovido y nunca lloverá. Según me aseguran los ancianos de la Comarca, en el conjunto de casas no ha llovido ni una gota de agua desde el día que el Diablo decidió que esa particular colina se convertiría en su lugar preferido.
Ante esta particular realidad que se desarrolla en el conjunto de casas que reposan en lo alto de la colina sólo me cabe añadir que me ha alegrado mucho conocer una última noticia y es que el bueno de Genaro ha decidido no dejar de ver películas del Oeste de Jonhy Gun hasta que en la antigua Casas Diablo llueva. Un tipo muy particular el bueno de Genaro, sin duda.

Insisto, Colina´s Ville es un lugar pintoresco.