El Fin de la Inocencia

Querida Ishiki,


Este escrito va dirigido a ti. No sabría escribirte mejor de lo que lo estoy haciendo y discúlpame por si no esta bien escrita, mi estado no me lo permite pero lo que si me permite mi triste alma es decirte que hoy una parte de ti ha muerto. Literalmente y en una fracción de segundo has desaparecido y sólo ha quedado el dolor. El oscuro y frío olor de la muerte.


Tú mejor que nadie conoces mis ojos verdes y cristalinos, reflejo de un ser que vive conservando cierta inocencia infantil cómo útil herramienta para tomarme la vida menos sería de lo que los cánones mandan. Pues estos ojos se han ennegrecido por las imágenes que ya nunca saldrán de su mente, de su iris, de su alma. Si por lo menos lo que he perdido en una fracción de segundo se hubiese llevado las imágenes, las horribles imágenes que nadie debería ver jamás, porque no ha sido así, dime Ishiki, porque esta parte que ha sobrevivido al genocidio de mi inocencia no ha sido benévola conmigo y se ha llevado lo que ahora arde en mi mente y arrastra mi alma al pozo de la pena.


Debería estar contento a pesar de todo pues no eran de los míos pero yo creo que todos somos de todos y si una persona muere, en cualquier sitio de esta inmensa tierra, todos perdemos una pequeña parte de nosotros. Su muerte es nuestra pequeña muerte. Hoy su muerte me ha matado. Mejor dicho, te ha arracado esa parte de ti, Ishiki, esa bonita parte que tanto nos gustaba compartir, la inocencia, y ya no volverá.


Estoy vacío Ishiki, me siento vacío. Me duele el alma hasta rabiar, no puedo con todo esto y lo único que hago es llorar.


Te escribo entre lágrimas. Sabes que ayer perdí una lágrima pero hoy Ishiki vivo en un mar de ellas y me ahogo y me ahogo y ahogarme quiero. No sufras amiga mía, lo superaremos pero ten presente que ya nada será igual. La muerte de estos inocentes ha matado muchas cosas en ti y ni mis lágrimas ni su honrado recuerdo harán que vuelvan.


Ishiki, hemos muerto en una fracción de segundo.


Sabes también cómo yo que soy un hombre acostumbrado a situaciones dramáticas y vitales. Un hombre que durante años ha sabido responder a la desgracia en la primera linea del frente en una guerra diaria que a ojos de la mayoría, no existe. Te acuerdas Ishiki cuantas veces hemos dicho, lo importante es la actitud y no sólo eso sino que enseñábamos con nuestro ejemplo, te acuerdas. Coraje, valor, fuerza en pro de una causa más que justificable. Recuerdas cuando nos reíamos de los riesgos personales que podíamos sufrir, los banalizábamos hasta la vulgaridad. Nosotros nos sabíamos cuidar por eso ayudábamos a los demás, los que en un momento determinado de su vida no pueden valerse por sí mismos y esto a todos nos pasa alguna vez en esta vida. Y hoy, Ishiki, nada de todo esto tiene sentido, hoy hemos muerto.


Perdóname por escribirte estas letras entre lágrimas pero mi alma, mi ser, mi corazón están desechos,pulverizados y echados a un feroz viento que no tiene piedad de ellos. Perdóname Ishiki por no haberte protegido lo suficiente ante lo que nos ha ocurrido. Una parte de ti ya no esta y un universo dentro de mi ha desaparecido.


Te confieso que nunca me he sentido tan vacío por una situación tan ajena, te aseguro y tú lo sabes, que ni en nuestras peores pesadillas hubiésemos vistos lo que hemos visto. Hubiésemos sentido lo que hemos sentido. Hubiésemos llorado lo que hemos llorado. Hemos visto el horror y nada hemos podido hacer, salvo llorar y vaciarnos a cada lágrima, a cada sollozo entrecortado que nos atravesaba. Mi alma rota a merced de una sinrazón a la que no estaba preparado, nunca se esta preparado para ver morir a inocentes. Nunca.


Ishiki ya no puedo escribir más, mi estado me lo impide pero te dejo estas sueltas letras para que leas y te den respuestas y sepas porque una parte de ti ha desaparecido y para que la llores cómo lo estoy haciendo yo ahora.


Ishiki, hemos muerto en una fracción de segundo.


David,


Hoy, un alma rota.


13/03/2011... El Fin de la Inocencia
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario