Después de tanto tiempo vuelvo a las andadas

Después de tanto tiempo vuelvo a las andadas. No sé si quiero porque el hueso y el pensamiento son débiles aún. Me siento más indefenso que nunca pero aún así prefiero mostrarme sincero respecto a mi mismo, duela lo que duela, alegre lo que alegre y no dar rienda suelta a la multiplicidad que tan bien me conforma. Hacerme sólo a uno de ellos no es una tarea fácil y hacerlo realmente sólo me parece una misión titánica pero intuyo que con el paso del tiempo algo veré en esta nueva resolución. En momentos cómo este me pregunto cómo es posible que te haya conocido, desconocida enfermedad. No puedo entender cómo me he alejado tanto de mí y que haya sido capaz de admirar la normal normalidad de los tristes con tanta facilidad. Me he reprendido por ello al percatarme que durante un tiempo fui cómo ellos, un triste. Aún no sé porque lo hice o más bien sí, por miedo, no más. El mismo miedo que atenaza a todos en las más diversas situaciones. En esta vida cada uno escoge y si no consigue hacerlo, sucumbe. La duda puede matar he escuchado decir. Respetar mejor que juzgar me repito a modo de letanía. Me recuerdo que sin ser es imposible estar pero que sin estar es posible ser.


Después de tanto tiempo vuelvo a las andadas lleno de ideas aunque débil, mi cuerpo ha sufrido mucho aunque el silencio ha sido una medicina y un compañero ideal en este periplo maldito. Ya no me miro tanto los zapatos y me visto más concienzudamente. Sigo pautas limpias y cultivo hábitos saludables en la alimentación aunque no tanto en el ejercicio. Este es mi intento diez mil, lo hago de nuevo sin esperar nada a cambio. Ahora estoy mejor después de este tiempo de enfermedad, tristeza y lágrimas que ha sido y es para mí una lección de vida, una garantía que me expedido a mi mismo para futuras acometidas.


En ese tiempo los susurros que llegaron a mí mientras dormía fueron mi tabla de salvación, fueron literalmente puro sentimiento en auxilio de mi solitario hueso. Sentía cómo mi pensamiento viajaba junto al miedo y nada podía hacer por él.


Hoy después de tanto tiempo vuelvo a las andadas... mirándote a los ojos.



Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro. (A. Einstein)

El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados. (A. Einstein)
 

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