Felicidad



Un genio gordinflón y sonriente

aparece cuando ando sumido en mi presente

y me explica sin perder su sonrisa

que sobretodo no quiere darme prisa

pero que su misión requiere cierta diligencia

porque así lo manda su jefe en la agencia,

me confiesa que he sido elegido

y que tres deseos me han concedido,

me quedo sin palabras cuando acaba de hablar

y no sé bien como reaccionar,

el genio lo encuentra divertido

y me pide que me atreva, que sea decidido

y después de un buen rato pensando

me decido y el primero deseo acabo reclamando,

el genio sonríe al escuchar mi deseo

y de repente me encuentro que ya lo poseo,

estoy sorprendido y admirado por el genio y su poder

y por mucho que me este pasando no me lo acabo de creer,

él me comenta que éste ha sido un deseo terrenal

y que si sigo así mi futuro no estará nada mal,

sigo pensando en el segundo deseo que me han ofrecido

pero no encuentro nada pues ya tengo lo querido,

le pido tiempo al genio gordinflón

y éste accede aunque se hace un poco el remolón,

paso un tiempo pensando en el segundo deseo

y hasta para ello me ido a dar un paseo,

finalmente me decido y le pido el siguiente

y el genio accede la mar de obediente

y contento me dice que ya sólo uno me queda

y me recuerda que no hay nada que él no pueda,

no sé que pedirle pues tengo ya todo lo que siempre he querido

porque el genio en un momento me lo concedido

y así se lo hago saber

y éste me contesta que sólo esta aquí para conceder

los deseos que me han sido otorgados

y que no es cosa buena malgastarlos,

sus palabras me hacen reflexionar

y le digo que para éste último necesito aún meditar,

el genio me contesta que he escogido los primeros rápidamente

y que tengo tiempo en este último para decidirlo tranquilamente,

después de estar sospesando mi nueva realidad

con mis dos deseos concedidos de verdad,

siento cómo vuela mi pensamiento

y nada se aclara en mi discernimiento,

no sé que pensar ni al genio que pedir

antes que éste tenga que partir,

al final me decido y vuelvo dónde me espera

y lo encuentro tomándose algo caliente que sale de una tetera,

le explico que me ha costado mucho tomar esta decisión

y que ella me llena de ilusión,

el genio me mira sin acabar de entender

pero no pregunta, es su proceder

y pausadamente le digo lo que quiero

y el genio acaba concediéndome el tercero,

después de esto, el genio sonriente

desaparece de mi nuevo presente

y así es cómo mi mundo ha cambiado

comprobando cómo todo lo que conocía ha mejorado

y sé que a partir de hoy todo es posible en esta nueva realidad

porque mi último deseo fue la Felicidad.


Se quieren sin dudarlo




Sus caminos son parejos

pues sus vidas son gemelas,

nada se sabe de su mal comienzo

ni nadie conoce sus orígenes

más, lo que si es cierto,

es que estos dos errantes,

en este avanzar paralelo,

caminan juntos en la distancia,

se sienten,



se quieren sin dudarlo.



Sus vidas enmarcadas en lo complejo

recuerdan la forma de un viejo boj

y

en el dulce encuentro de sus miradas

comprenden que ahora son extranjeros

en la tierra prometida del ayer.



Sus almas que aparentan ir

a contracorriente

en realidad fluyen

al calor de su alma hermana

y

en este horizonte errante,

se buscan,

caminan juntos en la distancia,

se sienten,



se quieren sin dudarlo.
 
 

Después de tanto tiempo vuelvo a las andadas

Después de tanto tiempo vuelvo a las andadas. No sé si quiero porque el hueso y el pensamiento son débiles aún. Me siento más indefenso que nunca pero aún así prefiero mostrarme sincero respecto a mi mismo, duela lo que duela, alegre lo que alegre y no dar rienda suelta a la multiplicidad que tan bien me conforma. Hacerme sólo a uno de ellos no es una tarea fácil y hacerlo realmente sólo me parece una misión titánica pero intuyo que con el paso del tiempo algo veré en esta nueva resolución. En momentos cómo este me pregunto cómo es posible que te haya conocido, desconocida enfermedad. No puedo entender cómo me he alejado tanto de mí y que haya sido capaz de admirar la normal normalidad de los tristes con tanta facilidad. Me he reprendido por ello al percatarme que durante un tiempo fui cómo ellos, un triste. Aún no sé porque lo hice o más bien sí, por miedo, no más. El mismo miedo que atenaza a todos en las más diversas situaciones. En esta vida cada uno escoge y si no consigue hacerlo, sucumbe. La duda puede matar he escuchado decir. Respetar mejor que juzgar me repito a modo de letanía. Me recuerdo que sin ser es imposible estar pero que sin estar es posible ser.


Después de tanto tiempo vuelvo a las andadas lleno de ideas aunque débil, mi cuerpo ha sufrido mucho aunque el silencio ha sido una medicina y un compañero ideal en este periplo maldito. Ya no me miro tanto los zapatos y me visto más concienzudamente. Sigo pautas limpias y cultivo hábitos saludables en la alimentación aunque no tanto en el ejercicio. Este es mi intento diez mil, lo hago de nuevo sin esperar nada a cambio. Ahora estoy mejor después de este tiempo de enfermedad, tristeza y lágrimas que ha sido y es para mí una lección de vida, una garantía que me expedido a mi mismo para futuras acometidas.


En ese tiempo los susurros que llegaron a mí mientras dormía fueron mi tabla de salvación, fueron literalmente puro sentimiento en auxilio de mi solitario hueso. Sentía cómo mi pensamiento viajaba junto al miedo y nada podía hacer por él.


Hoy después de tanto tiempo vuelvo a las andadas... mirándote a los ojos.



Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro. (A. Einstein)

El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados. (A. Einstein)